Foto: Captura. / El jesuita Alejandro Mestre, investigado por la Iglesia.
EL EXJESUITA PEDRO LIMA REVELÓ QUE UN CÍRCULO DE PODER PROTEGÍA AL PADRE PICA
Se presentaron al Ministerio Público dos casos de abuso y violación contra los sacerdotes Luis María Roma Padrosa y Alejandro Mestre. Este último fue secretario general de la Conferencia Episcopal.
Uno de los casos de pederastia que investigará la Fiscalía es el de Alejandro Mestre, quien fue secretario general de la Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB) en los años 80, también ocupó los cargos de obispo de La Paz y obispo auxiliar en Sucre. La Iglesia dice que busca transparentar las investigaciones.
El nombre del jesuita Alejandro Mestre surgió ayer luego de que el jesuita y exprovincial Osvaldo Chirveches presentara dos casos de abuso y violación investigados por la Compañía de Jesús.
A Mestre se suma el caso de Luis María Roma Padrosa, que también fue presentado a la Fiscalía, y el de Alfonso Pedrajas (Pica), el cual llegó días antes a esa instancia. Al margen de esos tres, los otros sacerdotes Luis Tó y Antonio Gausset Capdevila (Tuco) también fueron denunciados. En total suman cinco los jesuitas acusados de abuso sexual.
“Hemos presentado la información ante el Ministerio Público de las otras dos investigaciones que teníamos realizadas (…) Son dos casos que ya habíamos investigado, ya recibimos la respuesta de la curia general y ya publicamos los resultados. Entonces solamente queda presentar los materiales de estas investigaciones a la Fiscalía para que ellos tengan el conjunto del material”, indicó Chirveches.
Uno de los casos corresponde al jesuita Alejandro Mestre. Según el abogado de la Compañía de Jesús, Fernando Velásquez, “una persona fue víctima” de él. El otro concierne al sacerdote Luis María Roma Padrosa, de quien ya se tenía conocimiento público tras la revelación de la agencia EFE en 2019 sobre abuso sexual; la Compañía de Jesús estableció la verosimilitud de la denuncia.
De acuerdo con fuentes allegadas a la Iglesia, Mestre fue secretario general de la CEB en la época de la dictadura de Luis García Meza (1980-1981). También fue obispo de La Paz y obispo auxiliar de Sucre.
Mestre se ordenó como sacerdote en la Compañía de Jesús en 1943. Luego, en 1976 fue nombrado como obispo auxiliar de Sucre; durante seis años fue el gran colaborador del cardenal Maurer y luego, en 1982 fue nombrado como arzobispo coadjunto de La Paz.
Chirveches aseguró que presentó las investigaciones que hizo la Iglesia y que supone una serie de documentos, evaluaciones y entrevistas. Señaló que los hechos ocurrieron en los años 60.
Ayer, 60 años después, Chirveches indicó que realizan esa presentación de los documentos para dar “un signo de colaboración y transparencia”, aunque los dos sacerdotes ya fallecieron en diferentes partes del país y no hubo sanción alguna cuando estaban vivos.
Velásquez dijo que en su momento no se denunció a los sacerdotes y “sólo se los suspendió. Por ello, indicó que esperan que la Fiscalía adopte las medidas correspondientes con relación a autores, cómplices y encubridores”, dijo aunque adelantó que no cree que los haya.
De acuerdo con Velásquez, el caso de este sacerdote -aunque no indicó su nombre- fue muy mediático y por eso la Iglesia realizó su propia investigación bajo los parámetros canónicos. “Hoy ponemos en conocimiento ante el Ministerio Público los resultados de esa investigación”, aseguró.
Página Siete informó el domingo que Roma fue acusado de realizar toques impúdicos contra niños de entre siete y 12 años del oriente boliviano, aunque no se conoce cuántas víctimas tuvo.
La acusación se basó en una colección de fotos registradas en 2002, en las que se ve al sacerdote realizando toques impúdicos a niños. La denuncia se presentó en enero de 2019, y siete meses después el acusado falleció. Fue en 2022 cuando la investigación indicó que había verosimilitud de los hechos, por lo que la Iglesia pidió perdón.
Un año después y tras el escándalo del exjesuita Alfonso Pedrajas, quien en su diario de 383 páginas relató sobre la violación a 85 niños del colegio cochabambino Juan XXIII, el exprovincial Chirveches decidió presentar ambas denuncias ante el Ministerio Público.
Chirveches aclaró que las denuncias que presentó no son parte del caso contra Pedrajas, es decir que ya son tres casos de sacerdotes acusados de violación y abuso que investiga la Fiscalía.
Exjesuita: círculo de poder protegía a Pica
El exjesuita Pedro Lima conversó ayer con Página Siete. Contó que él lo denunció ante las autoridades de los jesuitas cuando se enteró de esos vejámenes, pero se encontró con un círculo de poder que terminó encubriéndolo y expulsándolo. Hoy espera que tras la “explosión” de este caso, se logre hacer justicia para las víctimas y que “paguen” los que aún viven.
¿Usted fue el único que se atrevió a denunciar a Pica?
Yo denuncié a tres sacerdotes, al padre Pica, al padre (Luis) Tó y a Antonio Gausset Capdevila ante la autoridad que era el provincial (en ese entonces) Ramón Alains. Sin embargo, en ese entonces fui expulsado y sancionado. (Incluso) liquidaron el financiamiento a mi formación como parte de una represalia.
Me dicen también: “Por qué no denunciaste ante las autoridades de justicia, ya que denunciaste a las autoridades eclesiásticas y no hicieron caso”. Porque la autoridad judicial -la justicia (boliviana) estaba en manos de uno de los denunciados- el padre Antonio Gausset Capdevila o Tuco. Él no sólo era sacerdote sino el capellán de la Corte Suprema de Justicia. Era la persona que compartía la vida social con los jueces de la Corte Suprema de Justicia, entonces era difícil enfrentarse. Yo fui testigo de cómo se manipulaban los intereses nacionales, grandes contratos de recursos económicos del país. Entonces si yo iba a denunciar tarde o temprano caía en la Corte Suprema de Justicia y ellos tenían todos los mecanismos de poder para acallarme. Ante este amedrentamiento y temor agoté todas las vías que pude para denunciarlo.
Pero ahora, después de mucho tiempo, usted decide romper el silencio, ¿qué le motiva?
Que ahora hay un contexto diferente, para que las autoridades procedan. Ahora la gente sabe la gravedad del tema. Cuando yo ejercí un cargo en la función pública, traté de posesionar el tema para que sea combatido y sancionado. Sin embargo, como no estábamos en el mismo contexto (de ahora) la gente no presiona consciente del dolor y del daño que se ha causado, sino de la reparación que hay que hacer a las víctimas.
¿Quiénes son los encubridores?
Marcos Reconols, exprovincial y segundo hombre de la Compañía (de Jesús) a nivel mundial en Roma; Ramón Alains, provincial de Bolivia; e Ignacio Suñol quien también fue provincial de Bolivia. Los tres encubrieron a Pica de forma no sólo abierta, sino le contenían, le confesaban y le daban ánimos sabiendo que iba a volver a repetir los delitos contra otros niños.
¿Cuánto poder tenía el sacerdote Pica?
Pica tenía el poder de la justicia, porque Tuco era su amigo y él era el capellán de la Corte Suprema de Justicia. Era el gran amigo de Marco Recolons, el jesuita que tenía más financiamiento en sus proyectos sociales en Bolivia. (Él) era el que confeccionaba los proyectos en Europa para que pueda hacer supuestamente apoyo a los pobres. Sin embargo, malgastaba (esos recursos) abusando y acallando a los niños.
¿Es decir que hubo una red de pederastia entre los jesuitas?
Creo que el grupo se ha ido desestructurando con el fallecimiento de varios.
/RI/Fuente: Página Siete