(La Paz, 22 de septiembre 2021).- El caso “El Sillar Alternativo” no es el único revés judicial contra el alcalde de Cochabamba, Manfred Reyes Villa. Un recuento proveído a La Razón por la Dirección de Asuntos Jurídicos y Normativos de la Gobernación de Cochabamba señala que el exprefecto tiene 15 procesos en curso, de los que ocho ya tienen sentencia condenatoria.
Los casos que son ventilados en la Justicia no solamente tienen que ver con proyectos u obras de la gestión de Reyes Villa cuando fue prefecto entre 2006 y 2008 —fue removido después de un referéndum revocatorio—, sino con legitimación de ganancias ilícitas e incluso la “venta inexistente” de sus bienes.
Sin duda, el proceso que ahora le quita el sueño a quien ocupó la silla municipal cochabambina también entre 1993 y 2000, es el de “El Sillar Alternativo”, el único de los 15 casos en su contra que tiene sentencia ejecutoriada y que cuenta con un mandamiento de condena por el cual Reyes Villa corre el riesgo de ser trasladado a la cárcel.
No hay que olvidar que este militar en retiro (tiene grado de capitán), empresario y excandidato presidencial se fue a Estados Unidos precisamente cuando se sintió asfixiado por los procesos con aroma a hechos de corrupción. Volvió en septiembre de 2020, durante el gobierno transitorio de Jeanine Áñez, 10 años después de su partida.
En ese transcurso, hubo juicios que fueron caminando en su ausencia, tras haber sido declarado en rebeldía. De la lista proporcionada por Patricia Sánchez, directora de Asuntos Jurídicos de la Gobernación, fuera del caso “El Sillar Alternativo”, Reyes Villa tiene siete sentencias condenatorias con apelaciones en curso.
Aparte, los otros siete casos están “congelados”: cinco esperan una decisión del Tribunal Constitucional para definir a la autoridad competente para el juzgamiento, tras la resolución de un tribunal de Trinidad que suspendió el procesamiento; en uno se deben resolver incidentes interpuestos por los coimputados; y en otro, Reyes Villa fue sobreseído, pero la parte acusadora apeló y espera un fallo.
/RI/Fuente: La Razón