Foto: Carlos López. / El salón de velas para la Virgen de Urkupiña en el templo San Ildefonso.
COCHABAMBA
Quillacollo suspendió ayer la entrada de Urkupiñita para precautelar la salud de los niños por la quinta ola de Covid-19. Sin embargo, el Comité de Operaciones de Emergencia determinó continuar con la organización de las actividades centrales de la festividad de la Virgen de Urkupiña.
La Alcaldía informó que se reajustó el protocolo de bioseguridad con seis medidas adicionales.
Entre las nuevas exigencias se encuentra el uso obligatorio de barbijo, la portación del carnet de inmunización y la vacunación anticovid hasta la tercera dosis para fraternos, comerciantes, transportistas y espectadores.
Además, se prohíbe el consumo y venta de bebidas alcohólicas a 100 metros a la redonda del recorrido y un aforo del 80 por ciento para locales, restaurantes y el transporte público.
“Se ha suspendido Urkupiñita precautelando la salud y vida de nuestros niños, también las actividades cívicas del 6 de Agosto. Estamos reforzando las medidas, haremos rastrillajes en todo el municipio, vamos a implementar más puntos de vacunación y procederemos a la desinfección permanente de ambientes con bastante aglomeración”, señaló el secretario general de la Alcaldía, Boris Mercado.
Aseveró que en agosto los controles serán estrictos y se instalarán puestos móviles para que los devotos accedan a pruebas rápidas de antígeno nasal e información de prevención contra el coronavirus.
“El control del carnet de vacunación se hará en coordinación con la Policía y las Fuerzas Armadas. Pedimos a la población que va a acudir a Quillacollo tomar sus previsiones”, complementó.
La secretaria de Desarrollo Humano, Marcela Magne, informó que se acordó con los fraternos aplicar un control interno y que los bailarines que sólo tengan hasta la segunda dosis completen su esquema con la aplicación de la tercera dosis o refuerzo hasta el 29 de julio.
Los actos centrales de la festividad serán del 14 al 16 de agosto.
Devotos comienzan a llegar con mucha fe
A tres semanas de celebrar los actos centrales de la fiesta de Urkupiña, decenas de devotos comienzan a llegar al templo de San Ildefonso y a la capilla del cerro de Cota de Quillacollo, unos para agradecer por los favores recibidos de la Patrona de la Integración y otros para pedir, con fe, sus anhelos.
Ante la llegada de feligreses del interior y exterior del país, la Alcaldía agiliza los trabajos de mantenimiento de áreas verdes y el pintado de algunas infraestructuras, como el teatro Teófilo Vargas, en el centro.
La mayor festividad religiosa y cultural del departamento de Cochabamba se realizará luego de dos años de pandemia, pero con medidas de bioseguridad.
/RI/Fuente: Los Tiempos