(El Alto 6 Dic.).-Las miniaturas se intercambian o se regalan entre parientes o amigos, e incluso entre desconocidos durante la feria. El centro de la fiesta es el diosecillo andino de la abundancia «Ekeko», representado por la figura de un varón enano, rechoncho y bigotudo.
Los recorridos rituales en la ciudad de La Paz durante la Feria de Alasita, la fiesta de la abundancia en Bolivia, fueron declarados este miércoles Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, anunció la UNESCO en su cuenta oficial de Twitter.
La tradicional Alasita («cómprame», en aymara), arranca cada 24 de enero. Por espacio de un mes, miles de bolivianos compran todo tipo de bienes en miniatura fabricados por hábiles artesanos -casas, autos, dinero en dólares y pesos bolivianos, electrodomésticos y títulos profesionales- con el anhelo de que se materialicen en sus vidas.
«Los habitantes se procuran miniaturas que representan sus deseos profundos para que se hagan realidad, por ello solicitan a los ritualistas indígenas o los sacerdotes católicos la consagración de las miniaturas», explicó a la AFP Carmen Beatriz Loza, responsable de la candidatura en el ministerio de Culturas y Turismo de Bolivia.
/RI/La Razón