Foto: Carlos López. / Venta de combustible a vehículos en un surtidor de Cochabamba.
El presupuesto a la subvención de hidrocarburos para 2023 subió en 59 por ciento en comparación a lo proyectado en 2022, de 4.794 millones de bolivianos a 7.642 millones en un panorama de disminución de ingresos por exportaciones de gas y alza de importaciones de combustibles.
Analistas observaron con preocupación esta tendencia. Según el exviceministro de Hidrocarburos Guillermo Torres, el aumento de la subvención, sobre todo a los combustibles, fomenta el contrabando, el gasto público financiado con créditos y el aumento de la demanda por un producto barato.
«Esto se debe a una mala planificación y malas decisiones del Gobierno», manifestó Torres.
De acuerdo al proyecto del Presupuesto General del Estado (PGE 2023), para el próximo año se estimó que la subvención a hidrocarburos será de 7.642 millones de bolivianos. De éstos, 4.705 millones son para diesel oil; 2.637 millones, para insumos y aditivos; 157 millones como incentivo para la producción de petróleo; 106 millones, para el engarrafado de GLP, y 37 millones, para gas oil.
El presupuesto total para YPFB es de 34.652 millones de bolivianos, un 8,4 por ciento más que lo programado para 2022. De este monto, se presupuestó 24.268 millones para la importación de combustibles (mayoreo), lo que corresponde a un 70 por ciento del presupuesto de la empresa estatal. En 2022 se había calculado un 66 por ciento del presupuesto de YPFB para este fin.
Para el economista Gabriel Espinoza, existe «un reconocimiento implícito» en la presentación incompleta del proyecto del PGE 2023 del «excesivo costo de los subsidios”.
“Cerca del 60 por ciento más en presupuesto (para subsidios). En todo caso, estas cifras son menores a las que se terminarán registrando en la realidad, esto ocurre básicamente por los errores contables que produce la subvaloración del precio del barril de petróleo», explicó.
Espinoza apuntó que el Gobierno utiliza una baja proyección del precio del barril para aplicar un «control fiscal» a Gobiernos subnacionales. De esta forma, sus presupuestos disminuyen y el Gobierno acumula recursos de financiamiento.
«En líneas generales, lo que nos está diciendo este presupuesto es que se gasta más, se invierte menos y se sigue con déficit», complementó.
El analista económico Antonio Saravia publicó en Twitter: «La subvención de hidrocarburos es una pésima política que todos terminaremos pagando cuando se deba saldar la deuda».
Calculan $us 3.517 MM en combustibles
El proyecto del PGE 2023 estima 3.517 millones de dólares para la importación de combustibles, un 15 por ciento más de lo que se había presupuestado en 2022.
Pese a que para 2022 se presupuestó 3.064 millones de dólares para importar combustibles, hasta septiembre de este año ya se había utilizado 3.300 millones; se espera cerrar el año con casi 4 mil millones.
Esto representa un déficit de aproximadamente mil millones en la balanza entre exportaciones e importaciones de hidrocarburos. La razón, señalaron los analistas, es, entre otros factores, la decreciente producción boliviana y la falta de inversión para exploración de nuevos pozos.
/RI/Fuente: Los Tiempos