Los expertos confirman que un 30% del país, todo el Altiplano boliviano, es víctima de la sequía, generando un escenario muy delicado en la región.
Desde hace 3 años, Bolivia está siendo afectada por fenómenos climatológicos extremos: por un lado, las inundaciones en el oriente y, por otro, la sequía, que ha invadido el lado occidental del país, afectando incluso el volumen de agua del lago Titicaca.
Una importante porción de Bolivia pertenece a la Cuenca del Plata, región de Sudamérica que, desde 2019, registra uno de los peores episodios de sequía desde los años 50 del siglo pasado. Lucía Wallper, del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología, atribuye este impacto a la variabilidad climática, pero también a la actividad humana.
La variabilidad climática se explica en que el fenómeno de “La Niña” no trajo las lluvias que se esperaba y el de “El Niño”, que ya está presente, tampoco las traerá. Los expertos confirman que un 30% del país, todo el Altiplano boliviano, es víctima de la sequía, generando un escenario muy delicado en la región.
La alta radiación y el suelo volcánico que filtra muy lentamente el agua reducen en nivel de ríos y lagos. Los niveles del lago Titicaca bajan cada semana 5 a 6 cm.
“Ya existen algunos pueblitos en el lago menor que ya están prácticamente secos, sin agua en esa región, entonces estos niveles van a continuar lamentablemente bajando hasta noviembre”, destaca Wallper.
Según los expertos faltaría muy poco para igualar los bajos niveles del lago Titicaca que se registraron en 1996.