(La Paz, 28 ago).- Franklin Gutiérrez está sentado en el banquillo de los acusados. El dirigente máximo de Adepcoca es sometido a una audiencia en la que se determinarán las medidas restrictivas, dentro del proceso de investigación de los hechos de violencia registrados en La Asunta, donde siete uniformados resultaron heridos y un teniente perdió la vida.
La Fiscalía imputó al representante de los Yungas por la presunta comisión de los delitos de asesinato; tenencia, porte o portación ilícita de armas de fuego; atentados contra la seguridad y medios de transporte; fabricación comercio o tenencia de sustancias explosivas asfixiantes; lesiones graves y leves; atentados contra miembros de organismos de seguridad del Estado e instigación pública a delinquir.
El cocalero asiste a su audiencia cautelar ante el juzgado Octavo de Instrucción Penal de la ciudad de La Paz, en la que se definirá su situación jurídica. El Ministerio Público ha pedido que sea detenido preventivamente. Gutiérrez se entregó en la víspera tras brindar una conferencia de prensa.
«Voy a demostrar mi inocencia, voy a demostrar que soy inocente», esas fueron las palabras del cocalero que hace algunos meses lanzó su candidatura a la presidencia y que niega haberse encontrado en el sector de conflicto durante la «emboscada».
Esta jornada su esposa, Cristina Acuña, dijo entre sollozos que «en ningún momento él estaba ahí», que estaba en otro lugar. «Llamar a todas las organizaciones sociales a liberar a mi esposo, él es limpio, no tiene nada que ver», imploró.
Productores de la hoja verde en La Paz instalaron una vigilia y exigieron la liberación de su líder, mientras que el Gobierno acusa a Adepcoca de promover, mediante pagos, la resistencia a la erradicación de coca excedentaria en Yungas.
RI/Fuente: El Deber