Foto: AFP. / Las oficinas del FMI en Washington.
En un contexto marcado por la guerra entre Rusia y Ucrania y la inflación en el mundo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta un crecimiento de 3,8% para la economía boliviana este año. En octubre de 2021 había previsto una tasa de 4%.
El índice previsto por el organismo internacional es inferior al 5,1% estimado por el Ministerio de Economía y el Banco Central de Bolivia (BCB) en el Programa Fiscal Financiero.
En su último Informe sobre las Perspectivas Económicas Mundiales, presentado ayer, el FMI prevé para Bolivia una tasa de inflación de 3,2%, una tasa de desempleo de 4,5% y un balance de cuenta corriente de -1,5%. Además para 2023 anticipa un crecimiento de 3,7%.
El organismo elevó en una décima, hasta el 2,5%, sus previsiones de crecimiento del PIB para Latinoamérica y el Caribe en 2022, al tiempo que alertó de las fuertes presiones inflacionarias que sufrirá la región derivadas en parte de la guerra que se libra en Ucrania, reportó EFE.
El informe precisa que México crecerá un 2% este año y un 2,5% en 2023 (ocho décimas y dos décimas menos, respectivamente, respecto a sus anteriores previsiones), en tanto que para Brasil prevé un PIB de 0,8% y 1,4% en 2023 (cinco décimas más y dos décimas menos).
El FMI apunta en su informe que las economías de Latinoamérica y el Caribe se verán afectadas por la rebaja, debido a la guerra, de las proyecciones para EEUU y China, ya que muchos países de la región son socios comerciales de esas potencias.
En marzo, la directora del Fondo, Kristalina Georgieva, advirtió de riesgos como el ascenso de los precios de la energía o la escasez de fertilizantes, de los que Rusia y Bielorrusia son grandes exportadores, mientras que Brasil es uno de los mayores importadores.
Asimismo, alertó que la invasión rusa a Ucrania iba a empeorar la situación inflacionaria en Latinoamérica por la presión que está generando sobre el precio de la energía, además de implicar riesgos para el abastecimiento de la región.
El conflicto en Ucrania está generando escasez de suministros, lo que, según el Fondo, “amplificará enormemente esas presiones en el precio de la energía, metales y alimentos”.
La guerra en Ucrania tiene efectos similares a “ondas sísmicas que emanan del epicentro de un terremoto” y oscurece las perspectivas de la economía mundial, advirtió Pierre-Olivier Gourinchas, nuevo economista jefe del FMI. Y el crecimiento podría ralentizarse aún más “si hubiera un endurecimiento de las sanciones contra Rusia junto con un deterioro de la confianza de los consumidores y una cierta volatilidad en los mercados financieros”, afirmó Gourinchas, según AFP.
Para la economía mundial, el FMI ajustó la previsión de 4,4% estimada en enero a 3,6% .
Juan Antonio Morales, expresidente del Banco Central de Bolivia (BCB), opinó que la proyección de crecimiento para Bolivia está más acorde con el freno de la economía mundial.
“Hay dos grandes riesgos para Bolivia, uno que suba el precio de los alimentos e impacte en la inflación; y, por otro, el alza del precio de los combustibles a nivel internacional y eso genera incentivo al contrabando”, dijo.
Añadió que los stocks de trigo y maíz de Emapa son pequeños y si se tiene que importar, se tendrá que hacerlo a precios altos. Además está el riesgo de que el trigo y harina subsidiada salgan de contrabando, advirtió.
El gerente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Gustavo Jáuregui, sostuvo que la entidad proyectó para este año un crecimiento de 3,5% a 4% sujeto al comportamiento de la pandemia de Covid-19, pero se inició el año con una cuarta ola y la guerra entre Rusia y Ucrania.
El conflicto bélico tiene impacto en los precios. “Esperemos que el crecimiento sea mayor y pedimos al Gobierno un diálogo público-privado”, dijo.
/RI/Fuente: Página Siete