(La Paz, 9 nov ).- El presidente del Comité Pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, está hospedado con todo su equipo de colaboradores en un hotel de la zona Sur de la ciudad de La Paz, que convirtió en su cuartel de operaciones, hasta donde llega gente, sobre todo mujeres y jóvenes, para intentar saludarlo, portando carteles con frases alusivas a su apellido o donde dibujaron sólo corazones.
En el lugar, ayer el cívico volvió a afirmar que no se irá de la sede de Gobierno hasta que Evo Morales renuncie y puso de plazo el día lunes. “El lunes vuelve Dios al Palacio de Gobierno, vuelve la esperanza, el lunes se va el tirano y no salimos (del Palacio de Gobierno) sin su renuncia”, declaró al confirmar que ese día ,después del mediodía, llevará hasta el Palacio Quemado la carta de renuncia que los cívicos redactaron para entregársela a Morales.
Pero, ¿qué propone el movimiento cívico para el día después de Evo? La sucesión constitucional hasta llegar al Presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), responde Camacho, abogado de profesión y próspero empresario cruceño.
Sin embargo, la nueva Constitución, elaborada y aprobada en el gobierno de Morales, no contempla que la sucesión llegue hasta el Presidente del TSJ, como se hizo en 2003, cuando Eduardo Rodríguez asumió la Presidencia tras la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada.
“Se puede, lo estudiamos”, asegura el cívico de 40 años.
Explica que para llegar a esa figura se precisa de la voluntad de Morales. “Se puede reorganizar el país desde el Congreso, con la simple orden del Presidente, si tiene la voluntad política, de reorganizar el país con decretos supremos y leyes, puede asumir el Presidente de la Suprema, se puede hacer el mecanismo, lo hemos estudiado”, explica el joven líder cruceño.
“El medio es que nos sentemos, con la cara al pueblo, a base del pedido que tenemos y lo que él (Evo Morales) quiere. Podemos, por la paz del país, encontrar un medio”, añade.
Y las demandas del movimiento cívico, que se fueron modificando a lo largo de los más de 15 días de movilización -según Camacho porque así lo demandó la evolución de los acontecimientos- contemplan otros puntos más: “nuevas elecciones sin Evo Morales, un nuevo Tribunal Supremo Electoral, una fecha definida para los nuevos comicios y un nuevo padrón electoral sin los 250 mil muertos”.
En tanto, las movilizaciones en defensa del voto siguen y son reprimidas por los movimientos sociales afines al MAS, lo que hasta ahora dejó tres personas muertas y más de 300 heridas. El líder señala que está en manos de Morales poner fin a toda esta situación. “Las agresiones seguirán si no pacificamos el país y la solución la tiene un hombre. Que dé certidumbre al país, que diga que nos recibe el lunes, antes del mediodía”, dice.
Consultado sobre que el Gobierno utiliza el argumento de que el movimiento cívico es racista para descalificarlo, Camacho considera que con el paso de los días ese discurso se va debilitando ante las muestras de unidad que dan los bolivianos.
“El Presidente buscó esa alternativa de odio de raza olvidándose que así entró al Gobierno. Nadie que entra con resentimiento puede gobernar con amor y en equidad. El pueblo se está uniendo bajo una sola bandera, un solo corazón, eso es lo que lo tiene preocupado”, señala el líder cívico en cuyo discurso las palabras “amor” y “fe” son una constante.
Y afirma que será “con fe” que se logrará que Morales y el MAS dejen el Gobierno que administran hace 13 años. “La Biblia tiene que volver al Palacio Quemado, que es historia; el pueblo tiene que entrar a la plaza Murillo para demostrar su voluntad y legitimidad de querer otro país, y ahí mismo la historia cambiará, y eso es el día lunes”, sostiene.
Horas después de su llegada a la sede de Gobierno, Camacho denunció que recibió llamadas de amenazas, que -según dijo ayer- no logró confirmar; sin embargo, su cuerpo de seguridad está reforzado con al menos media docena de guardaespaldas civiles, que están atentos a todo lo que ocurre alrededor del líder cívico. A éstos se suman personal de seguridad de la Policía y otros agentes vestidos de civil. “La amenaza de ayer (jueves) parte de buscar seguridad para el equipo que nos acompaña, para ellos pido seguridad, pero también para que se vea que no podemos seguir viviendo en un país donde se amenaza a la gente, miedo no hay”, afirma.
Camacho también está acompañado de un grupo de representantes de instituciones cruceñas, que dentro del Comité son denominados directores, y de otros colaboradores. “Nosotros estamos fuera de nuestras casas desde que nos quemaron la Chiquitania, desde el inicio del fuego, más o menos tres meses”, cuenta gente de este equipo, en su mayoría jóvenes, que no dejan solo ni un momento al líder que concentra multitudes, primero en Santa Cruz y ahora en La Paz.
Con la popularidad que alcanzó, Camacho asegura no tener aspiraciones de llegar a ser candidato presidencial y está dispuesto incluso a renunciar a esa posibilidad, que no consideró -insiste- a cambio de que Morales deje el poder.
“Si el presidente Morales quiere ceder su espacio condicionado a que yo desista (de ser candidato) , yo le firmo, yo no tengo problema de nunca ser presidente de Bolivia, devolvamos la paz al país”, afirma.
/RI/Fuente: Pagina Siete