Foto: Las garrafas bolivianas son ofrecidas en diferentes mercados del sur de Perú.
Arroz, fideos, azúcar, combustibles, carne de pollo, de cerdo y huevos pasan a territorio peruano sin ningún tipo de control. Es el contrabando ‘hormiga’ que va en botes, vía terrestre y hasta en mochilas que cargan personas convencidas por las mafias.
El bote cruza desde Bolivia por el río Desaguadero lleno de productos. Hay un solo hombre, que es como una especie de “capitán” de la embarcación. Él mismo descarga los bultos y entrega a otra persona. En esa mercadería van quintales de arroz, fideos y azúcar, todo producido en Bolivia. El negocio se selló en esa improvisada playa y el lanchero regresa a territorio boliviano, cruzándose con otros “colegas” que llevan a Perú otro tipo de mercadería, como carne de pollo y cerdo y huevos. Hay otros que se especializan en llevar combustibles.
Ese tipo de acciones ilícitas se las vive a diario en Desaguadero, el municipio binacional que separa Bolivia con Perú. Por toda esa zona hay 12 vías ilegales por donde las mafias dedicadas al contrabando operan esquivando los controles. El propio viceministro de Lucha Contra el Contrabando, general David Vargas, señaló que en la frontera con Perú operan mafias y que, en menor cantidad, se ve el contrabando ‘hormiga’.
“Hoy en día el contrabando está actuando como una organización criminal, tiene elementos de choque y armados, aparte de eso cuentan con toda una red de informantes que están en diferentes instituciones”, admitió Vargas.
La autoridad recalcó que existen “clanes familiares” que operan en ambas naciones –y también en otras fronteras del país- y que se organizan con las comunidades para que el control sea anulado.
Vargas lamentó que “en muchos casos, tanto en Yacuiba, Bermejo, como Villazón, estos contrabandistas están organizados en sindicatos bien establecidos”. De igual manera, su ingenio y creatividad –dijo la autoridad- para pasar productos sin permisos a través de las fronteras se ha dinamizado con el paso de los años.
“Los buses de transporte de pasajeros se han convertido en transporte de mercancías de contrabando. Ya no les interesan los pasajeros, lo importante es llenar los buses con una gran cantidad de mercancía y encima llevar unos diez pasajeros, el resto es contrabando”, relató Vargas.
En el caso de la frontera con Perú, el viceministro informó que en la coyuntura se realiza una doble labor de control debido a que existe el paso ilegal de productos bolivianos de primera necesidad hacia el lado peruano. La autoridad citó como ejemplo el decomiso de huevos que la semana pasada se pusieron a la venta en diferentes puntos de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa).
Contrabando en la frontera
Hay videos de pobladores de Desaguadero que muestran cómo operan estas mafias. Hacen pasar la mercadería en botes, buses y hasta a pie. En el lado peruano, concretamente en Desaguadero, concentran los productos y los llevan a otras poblaciones, como Puno, Juliaca, Moquegua e Ilo. Es que en Perú esos productos tienen un valor más alto.
Por ejemplo, un maple de 30 huevos que en la ciudad de La Paz puede llegar a costar entre Bs 26 y 30, llega a valer en el lado peruano en más de Bs 42. El quintal de arroz, que en promedio cuesta Bs 230 en los mercados de la sede de Gobierno, en Perú se comercializa en más de Bs 300. El azúcar, que se cotiza entre Bs 200 y 220 en Bolivia, en el vecino país se vende en Bs 320.
En esta lista también están los carburantes, productos que son más cotizados en suelo peruano. EL DEBER comprobó en noviembre del año pasado que una garrafa de Gas Licuado de Petróleo (GLP), que en el mercado interno cuesta Bs 22,50, en Perú puede llegar a costar Bs 80. Una situación similar ocurre con la gasolina y el diésel, que en territorio peruano se triplica su valor.
En las calles de Desaguadero, en el lado peruano, invaden los puestos informales de venta de carburantes. Ofrecen gasolina y diésel en bidones de cuatro litros. Lo mismo pasa con las garrafas de GLP, que son ofertadas, incluso, en los mercados sin ningún tipo de control. Por ejemplo, en el mercado del municipio de Juliaca se comprobó que una garrafa con la inscripción de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) costaba Bs 85.
En la Fiscalía de Puno identificaron que las mafias de contrabando decidieron trasladar sus operaciones a zonas con menos población para evitar controles. Es por eso que ahora esa mercancía pasa a Bolivia desde el norte del lago Titicaca y también -pero en menor cantidad- de localidades amazónicas, como el distrito de Puerto Maldonado.
De enero hasta el 10 de mayo de este año se decomisaron 151.614 litros de diésel y 11.840 litros de gasolina que se desviaban por contrabando, informó Vargas.
Mientras, el viceministro de Defensa del Usuario y del Consumidor, Jorge Silva, reveló que en la actualidad hay 12 puntos ilegales por donde las mafias del contrabando pasan sus productos hacia suelo peruano. “Se identificaron 12 puntos por donde estaría saliendo mercadería, especialmente alimentos y combustible”, informó la autoridad.
/RI/Fuente: El Deber