Foto: Exportaciones bolivianas.
En 2001, las ventas nacionales de manufacturas llegaron a 57% del total.
Por segundo año seguido, 2021 y lo que va de 2022, las exportaciones de productos manufacturados bolivianos superan el 50% del total de las ventas nacionales, según datos del INE y procesados por el IBCE.
Hasta antes de 2021, el último año en el que las exportaciones nacionales de productos industrializados superaron el 50% fue en 2002.
Eso de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y elaborados por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).
En ese año, el valor de las exportaciones llegó a los $us 1.319,8 millones de los que el 55% correspondía a las ventas de productos manufacturados, es decir, $us 727,3 millones.
Mientras que en 2000 y 2001 el valor de las ventas externas de la industria manufacturada llegó al 57%.
En el primero caso, de $us 1.246,3 millones exportados, el sector de manufactura representó $us 715,8 millones.
Y en 2021, de $us 1.226,2 millones, las ventas de productos manufacturados llegaron a $us 696,7 millones, lo que corresponde el 57%. (Ver cuadros)
Descenso
A partir de 2003, el porcentaje de las exportaciones de la industria manufacturada fue en descenso hasta llegar al 24% en 2008 y también en 2013.
Sin embargo, desde 2014 empezó a subir la participación de las exportaciones manufacturadas de esta actividad hasta llegar, en 2021, al 51% del total.
En tanto, entre enero y septiembre de este año, las ventas externas de la industria manufacturera alcanzaron el 50%.
El presidente Luis Arce afirmó, en su informe de gestión a la Asamblea Legislativa Plurinacional, que el país goza de un crecimiento económico sostenido y una balanza comercial favorable.
De enero a septiembre de este año, el saldo comercial refleja un superávit de $us 960 millones.
Entonces, el incremento de las exportaciones superaron los $us 10.600 millones, de los cuales, $us 5.310 millones corresponden a la industria manufacturera.
Por otro lado, las exportaciones de la actividad hidrocarburífera registraron un incremento desde 2005, superior a las ventas de manufacturas y llegando al 49%, del total comercializado.
Mientras que en 2013 se llegó a exportar el 54% del total de las ventas nacionales.
Ese año se alcanzó exportar $us 12.251,7 millones y por hidrocarburos se comercializaron $us 6.624,9 millones.
Gas
Bolivia inició las exportaciones de gas el 1 de julio de 1999 al mercado de Brasil que la fecha continúa vigente.
Siete años después, a finales de 2006, los gobiernos de Bolivia y Argentina acordaron exportar gas natural al país vecino, siendo el segundo principal mercado del hidrocarburo boliviano.
En el marco del Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP), el Gobierno del presidente Arce apuesta por la industrialización para la sustitución de importaciones.
Ventas de productos no tradicionales crecen un 58%
De acuerdo con el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), entre enero y septiembre de este año, el valor de las exportaciones de productos no tradicionales creció en 58% respecto a igual periodo del año pasado.
Al noveno mes de 2022 se exportó por un valor de $us 3.184,1 millones, mientras que a septiembre de 2021 se vendió $us 2.020,8 millones.
Entre los principales productos no tradicionales exportados a septiembre de este año están la soya y sus derivados, la castaña, girasol y sus derivados, carne bovina, joyería, maderas, azúcar y quinua.
También se exportó alcohol etílico, banana, leche, cueros, frijol, sésamo, confecciones textiles, chía, café y palmitos.
En tanto, respecto a las exportaciones de productos tradicionales (minerales e hidrocarburos) crecieron en un 25%, respecto a igual periodo del año pasado.
Las exportaciones de minerales, a septiembre de 2022 llegaron a $us 4.997,8 millones, un 19% más que a igual periodo de 2021 cuando se alcanzó los $us 4.189,3 millones.
sobre la exportación de hidrocarburos, principalmente gas natural, las exportaciones crecieron de $us 1.736 millones en 2021, a $us 2.399,6 millones entre enero y septiembre de este año.
/RI/Fuente: La Razón