Foto: Trabajo. Hornos en La Paz durante la festividad de Todos Santos.
La Intendencia hará controles para que el precio esté a la vista.
Este año, la celebración de Todos Santos en la ciudad de El Alto pasará por un incremento en el horneado de pan por quintal, que subió de Bs 180 a Bs 190, con relación a 2021.
“El año pasado (el horneado) era 180 y la arroba era 45 bolivianos, solamente al quintalaje se ha agregado 10 bolivianos porque es más complicado formar las t’antawawas, es todo un arte, lo que demora, pero lo demás tiene el mismo precio del año pasado”, afirmó a LA RAZÓN el ejecutivo de la Federación de Panificadores de El Alto, Fidel Paco.
Los precios se fijaron en horneado por quintal, Bs 190; arroba, Bs 45; libra de bizcochuelo, Bs 50; galleta, masitas, pan, suspiros, maicillos, Bs 6 por lata; humintas, Bs 9, por lata.
La Intendencia Municipal hará controles para que los precios estén a la vista de los usuarios, durante Todos Santos.
Paco añadió que esta fecha genera fuentes de empleo eventuales, porque es una temporada donde la población acude masivamente a los hornos para la elaboración de masitas en memoria de sus difuntos.
“La demanda sube en estos días, por eso todos vamos a estar trabajando en especial la última semana de octubre; en El Alto somos 750 afiliados, que significa la misma cantidad de hornos de las 15 asociaciones. El sector panificador mueve económicamente porque esos días se necesitan colaboradores, un horno trabaja con cinco o seis personas”, dijo.
El incremento de trabajo por Todos Santos supondrá una pausa en la elaboración habitual de pan de batalla. El dirigente llamó a la población a tomar previsiones.
“Entre el 24 de octubre iniciaremos con la elaboración de Todos Santos, entonces la población estará con producto en sus hogares, después de la primera semana de noviembre retornaremos a elaborar el pan tradicional”.
La elaboración de pan para recibir Todos Santos, una celebración cultural de recibimiento de difuntos, se mantiene en el país.
Las familias no dejan de lado la tradición, aunque la economía no permite que se prepare la cantidad de masitas que antes se acostumbraba, recordó Paco.
La tradición de Todos Santos señala que las almas de los difuntos llegan a mediodía del 1 de noviembre y se van a la misma hora del día siguiente.
Para esta visita se arman mesas con figuras de pan (t’antawawas, escaleras, caballos), galletas, cañas de azúcar, agua, además del platillo favorito del difunto.
El 2 de noviembre todo eso debe ser trasladado hasta el cementerio, donde los visitantes elevan oraciones para despedir al difunto, a cambio de pan.
/RI/Fuente: La Razón