Foto: Sonrisas, baile y color pintaron la entrada de Urkupiña.
SE TOMARON MEDIDAS DE BIOSEGURIDAD
Cientos de bailarines demostraron su devoción a la Virgen, ayer domingo.
Tras dos años de restricciones por la pandemia, ayer cientos de bailarines recorrieron las calles de Quillacollo en devoción a la Virgen de Urkupiña. La entrada folklórica cochabambina se realizó en medio de varias medidas de bioseguridad.
El brillo de los trajes, la pasos de baile y el entusiasmo de las bandas de música hicieron vibrar a los miles de espectadores que se dieron cita en el evento. Este año, 58 fraternidades cautivaron al público al ritmo del salay, morenada, pujllay, caporal, diablada thinku, llamerada y chacarera, entre muchas otras danzas.
Durante el recorrido, de más de cuatro kilómetros, hubo controles del uso de medidas de bioseguridad y del carnet de vacunación.
A diferencia de otros años, cuando los bailarines ingresaban de rodillas al templo de San Ildefonso, en éste se restringió el ingreso por el Covid-19.
También se recolectaron firmas para apoyar la postulación de la festividad como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad ante la Unesco.
Las actividades continúan hoy con una misa central a las 11:00 y la peregrinación al calvario el martes.
/RI/Fuente: Página Siete